La cara es el espejo del alma, suele decir mi
abuela.
Desde que tengo uso de razón siempre me está
repitiendo que use el sentido común, llevando una buena vida dejando a un lado
el estrés y los excesos. Procura verte guapa y encontraras la fuerza necesaria
para cuidar tu alimentación, sin olvidarte de hacer ejercicio y seguro que te verás
mucho mejor por dentro y por fuera. Casi siempre sigo sus consejos compaginando
mi horario de trabajo con todo tipo de deporte que está a mi alcance. Me
encanta correr, montar en bicicleta, jugar al tenis, nadar, etc…Así es como
desconecto de mis obligaciones sedentarias y poder estirar los músculos al aire
libre disfrutando de la naturaleza.
Ella me dice que en su época no se usaba
tanto la palabra ejercicio como hoy en día, no era necesario ya que las
personas estaban continuamente en movimiento. El simple hecho de desenvolverse
en su vida cotidiana, los tenía más que ocupados.
Volviendo a sus consejos no deja de repetirme
que no me olvide de cuidar mi alimentación y que disfrute con ella, viéndola
como uno de los grandes placeres de la vida, desde un buen desayuno bien
completo que me aportara la energía necesaria para afrontar mejor la jornada
laboral hasta completar el menú completo del día. No se cansa de recordarme que
coma sin prisa y así comeré hasta menos, además me dice que le haré un gran
favor a mis dientes al dejarlos realizar el trabajo para el que fueron
destinados. Suele comentar, que antes no había tanta variedad en donde elegir y
todo se saboreaba mucho más.
Ahora vivimos otros tiempos en donde hay
muchos más alimentos para consumir tanto en el mercado como en la nevera…Se
come de forma más rápida y compulsiva.
Hay
que saber retirarse a tiempo de la mesa, siendo la mayoría de las veces un
serio desafío.
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